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20 de septiembre de 2013

Leyendas del Madridismo: Illgner



Volvemos a las ‘Leyendas’ más actuales, a uno de los héroes de la Séptima Copa de Europa, a uno de los hombres que devolvió al Real Madrid a lo más alto del escalafón mundial del fútbol, el portero alemán que se enamoró de España: Bodo Illgner.



El 7 de abril de 1967 nacía en Coblenza, Alemania, Bodo Illgner. Hijo de militar, su idilio con el fútbol comenzó a muy temprana edad. Con sólo seis años comenzó a jugar en el FC Hardtberg de Bonn, donde se formó durante diez años destacando y siendo un fijo en las categorías inferiores de la selección teutona, hasta que logró dar el paso a uno de los clásicos germanos, el Colonia. Podemos decir que el Colonia fue el club de la vida de Illgner, allí permaneció durante trece años, logrando consolidarse como el portero de la selección alemana, disputando dos Mundiales y dos Eurocopas en sus 54 partidos como internacional germano. Fue con la selección cuando consiguió el título más importante de su carrera, el Mundial de 1990.


Cuando parecía que Illgner no saldría del Colonia y nunca ganaría nada importante con un club, recibe la llamada de Fabio Capello. El entrenador italiano acababa de desembarcar en el Real Madrid y quería un portero a su gusto, fuerte y sobre todo alto y es que el alemán roza el 1.90.


El portero no se lo pensó y aceptó la oferta del Real Madrid. Así llegaba en la temporada 1996/1997 al club blanco con el que logró hitos que nunca pensó a nivel de clubes en el Colonia. En su primera temporada como merengue ganó la Liga Española, disputando todos los partidos y relegando al banquillo al mítico Paco Buyo y a Cañizares. En su segunda campaña rozó la gloria, alzándose con la deseada, con la Séptima Copa de Europa, en un partido de infarto que se decidió con un inolvidable gol de Mijatovic. Pero no sólo ganó la Séptima, sino que en los cinco años que militó en el Real Madrid, ganó otra Liga y otra Champions.


Perdió la titularidad a favor de Iker Casillas, sus cada vez más frecuentes lesiones y el duende del de Móstoles le hicieron perder el puesto que tanto se había merecido. Al finalizar la temporada 2000/2001, no sólo dijo adiós al Real Madrid sino que dijo adiós al mundo del fútbol en activo.


Illgner fue un jugador querido, su humildad y saber estar le hicieron ganarse a propios y extraños. De él decían que era introvertido, pero sus características como cancerbero eran excepcionales, su altura le permitía ser un seguro en los balones por alto pero, además, pocos porteros tapaban el hueco tan bien como él.


Tras su retirada, se dedicó a viajar con su caravana hasta que se asentó en Alicante, España le acabó enamorando, además, escribió un libro junto a su mujer. Actualmente, es comentarista para ‘Bein Sport’.


Como anécdota, Illgner sólo guarda un recuerdo del Mundial que ganó con Alemania en 1990, un guante.



¡GRACIAS ILLGNER POR LA PROFESIONALIDAD QUE DEMOSTRASTE SIEMPRE Y HALA MADRID!













2 comentarios:

  1. Gracias por recordarme al gran Illgner, Ángela. Tú, siempre en la línea.

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    1. Un grande! Me encantaba. Muchas gracias Carlos, sabes que tú también eres TOP

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