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15 de agosto de 2013

Leyendas del Madridismo: Michel



Esta semana protagoniza las “Leyendas del Madridismo” uno de los estandartes de la ‘Quinta del Buitre’, un madridista de corazón, que siempre ha estado comprometido con la familia del Real Madrid, aún estando lejos de casa. El jefe de la banda derecha: Michel.



Miguel González Martín del Campo, Michel, nació el 23 de marzo de 1963 en el barrio madrileño de la Ciudad de los Ángeles. Fue allí, en el Rayo de los Ángeles donde Michel dio sus primeros pasos como futbolista a los diez años, donde empezó a amar este deporte y donde aprendió gran parte de lo que le llevó a lo más alto.


A los doce años ya recibe dos importantes ofertas, una del Rayo Vallecano y otra del Atlético de Madrid. En ese momento, su padre ve ante él el futuro que podría llegar a tener su hijo y tanto él como su hijo rechazan ambas ofertas para ofrecerse al Real Madrid. Así llega, en 1976, a hacer las pruebas para los Infantiles del club blanco. Por aquel entonces, Basilio del Pozo era el coordinador de las categorías inferiores merengues y antaño había entrenado al propio padre de Michel. Basilio, así como el resto de trabajadores del club, quedaron impresionados con el joven madrileño, calidad y talento le avalaban, y fue así como pasó a formar parte de manera inmediatamente al Infantil B.


En toda España se comenzaba a hablar del niño Michel, pese a su temprana edad. Su sociedad con Pepe Mel arrasaba en el filial. Él pronto recaló en el Juvenil B e iba a la ciudad deportiva junto a su hermano, Javier, del que decían que era tan bueno como Michel, pero que vio como se truncaba su carrera a los quince años por una grave lesión.

Es nombrado como ‘Mejor Talento Europeo’ en el Trofeo Príncipe Alberto. Su nombre ya no era el de un desconocido, todos conocían a la perla blanca y el guante que tenía en su pierna derecha.


En la temporada 1981/1982 llega al Castilla, a uno de los mejores equipos filiales que ha tenido el Real Madrid a lo largo de su historia, el mito, Amancio, logró reunir a una generación única a sus órdenes. En esa misma campaña debuta con el primer equipo por una huelga de futbolistas, fue el primero de entre todos sus compañeros en debutar, fue ante el Castellón y no sólo ganó sino que marcó el gol de la victoria. Tras este momento inolvidable para él, volvió al Castilla y contempló como todos sus compañeros llegaban al primer equipo antes  que él. Incluso, llegó a declarar que se despertaba sobresaltado por las noches pensando que le iban a echar del Madrid. 





En la pretemporada de 1984 llega su oportunidad tras rechazar ofertas de varios clubes, Michel deseaba triunfar en el Madrid y no cesó de luchar hasta conseguirlo. Desde ese momento, su carrera no hace más que ir hacia arriba. Si bien es verdad, que el exigente Bernabéu en ocasiones cuestionó sus actuaciones, también es cierto que fue uno de los preferidos de la afición a pesar de sus polémicas con la prensa o con Javier Clemente, ganaron su habilidad para irse de los rivales y sus excepcionales asistencias a Hugo Sánchez y el Buitre. Pero, además, nos dejó para el recuerdo el gol decisivo ante el Inter en la prórroga, gol que fue imprescindible para que el Real Madrid por fin se alzara con su primera Copa de la UEFA.


A sus espaldas 559 partidos oficiales y 134 amistosos, 65 internacionalidades con la selección absoluta. Diecinueve años en el Real Madrid en los que anotó 178 goles y ganó 6 Ligas, 2 Copas de España, 2 Copas de la UEFA, 1 Copa de la Liga y 3 Supercopas, a los que sumamos la Liga histórica conseguida con el Castilla en Segunda División.


La imagen que jamás olvidará el madridismo de Michel, cuando tras sufrir la triada volvió a jugar un año más tarde y en esa temporada jugó el último partido con la camiseta blanca El 19 de mayo de 1996, Michel se despedía de su casa llorando y besando el terreno, ovacionado por un Bernabéu entregado al hombre que habían visto crecer y madurar durante casi dos décadas.



¡GRACIAS MICHEL POR TU LUCHA INSACIABLE Y TU ENTREGA TOTAL AL REAL MADRID!





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