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9 de julio de 2013

Amargo adiós, Callejón: ‘UNO DI NOI’



¿Por qué se tienen que ir ciertos futbolistas que lo dejan todo en el campo y en cambio siguen verdaderos mercenarios en el club? Desde que se comenzó a oír el runrún de que Callejón dejaría el Real Madrid este verano, me he venido haciendo la misma pregunta una y otra vez.




Sigo sin encontrar respuesta, creo que Calleti tal vez no sea un titularísimo pero sí que es un enorme jugador número 12, no se queja puesto que su sueño es jugar en el Real Madrid, se deja hasta el alma en el terreno y apoya y defiende al club por encima de todo y de todos, díganme entonces ¿por qué él se marcha y otros que se quejan, salen al campo a pasearse cuando disfrutan de minutos y parece que sólo están para cobrar siguen en el equipo? Y, otra vez, me hallo sin respuesta.


Si algo ha demostrado Callejón desde que volvió a la que es su casa, es su amor al escudo. Verle besando el escudo que nos une a todos nosotros es una de las imágenes que me hacía sonreír en cada partido, y bueno cada vez que las veo. No lo hace por quedar bien con los aficionados, o por que se deje llevar por el momento de alegría o rabia, él lo hace porque le sale de dentro, porque su vida es el Real Madrid, él es Real Madrid.



Los últimos tiempos han dejado términos que a los madridistas no nos gusta demasiado utilizar, como podrían ser ‘valores’ y ‘humildad’ (o valors y humildat si lo preferís). Y es que, en cierta corriente de pensamiento han prostituido hasta tal punto estos conceptos que me resulta complicado utilizarlos. Pero bueno, para no utilizar los tal reverenciados “valores”, me limitaré a decir que Calleti define como muy pocos, tal vez junto con Arbeloa, Alonso, o en ocasiones Ramos o Cristiano, la esencia del jugador madridista, del vikingo de antaño, él que se dejaba hasta su última gota de sudor en el campo, que podía sangrar por el equipo, que luchaba hasta que se le agotaban las fuerzas o, incluso, más allá aún, el que jamás manchaba la camiseta blanca, el escudo del Real de vergüenza.



Hoy se despide de todos nosotros un grande, tal vez no haya tenido los minutos que hubiese querido él o muchos de nosotros, pero disfrutó, luchó y vivió al máximo cada uno de ellos. 


Duele verle marchar, porque es ‘uno di noi’, porque vive el madridismo no como un futbolista, sino casi como un aficionado. Y no hay nada más bonito que uno de tus ídolos, a los que apoyas de domingo a domingo, todos los días del año, viva el sentimiento, la pasión del Real Madrid como tú.


Puede que este año el Madrid se españolice, que tiremos de cantera mucho más que en los últimos años, pero al igual que siempre hay un hueco que nadie puede llenar, como es el de Raúl, Calleti, aunque a otro nivel, deja un vacío difícil de rellenar, sí que tendremos a muchos que vivan el madridismo como él, como tú o como yo, pero pocos nos dejarán momentos para el recuerdo tan sinceros como los que nos ha brindado este motrileño que siempre llevaré en mi corazón, sus besos al escudo, cada vez que le señala, su alegría sincera y, por supuesto, cuando se subió a caballito Mou sobre él y cuando le devolvió el gesto en la celebración de la Liga 32.






Él muchas veces ha dicho lo que todos pensamos en nuestras casas, “Yo pensaba que en Barcelona no se hablaba de los árbitros”, o cuando destapó que Messi, ‘el incuestionable y perfecto’ llamó a Karanka “la muñequita de Mou”.  Sinceridad por bandera, por eso, si muchos dicen por qué te gusta tanto, pues por esto mismo, porque aparte de sus grandes cualidades como futbolista, su sinceridad y apoyo al club que tanto quiero lo lleva por bandera y esto señores es impagable.


Por ello, hoy despedimos con un amargo adiós a Callejón, un puro vikingo.


¡SUERTE CALLETI Y HALA MADRID, AQUÍ SIEMPRE ESTAREMOS ESPERÁNDOTE!



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