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9 de mayo de 2013

Leyendas del Madridismo: Ricardo Zamora



En esta nueva entrega semanal, vamos a retornar a los orígenes del fútbol en España, a la época en la que el deporte rey en la actualidad empezaba a conocerse mediáticamente, un tiempo en el que el fútbol se entendía y se practicaba de otra manera y en la que uno de los nombres que, aún hoy, perdura en el tiempo con letras doradas es el de Ricardo Zamora, “El Divino”.




El 21 de enero de 1901 nacía en Barcelona el que llegó a ser uno de los cinco mejores porteros del fútbol durante el siglo XX, Ricardo Zamora Martínez. Desde joven tuvo claro que quería ser futbolista y aún con la oposición familiar siguió su camino y acabó debutando en el Espanyol de Barcelona. Desde su primera actuación ya contó con la admiración del gentío: “Ha parado todas las pelotas con la misma facilidad que si se hubiese bebido un vaso de agua”. En el club perico estuvo durante los siguientes tres años, pero tras un enfado con la directiva puso rumbo al eterno rival del equipo blanquiazul, el FC Barcelona. Jugó con el Barça de 1919 a 1922, año en el que vuelve al Espanyol de su corazón y donde milita los ocho años siguientes. En estos años jugó con la selección española los JJ.OO de Amberes, logrando la medalla de plata y consagrándose como uno de los grandes cancerberos de su época.

Es en el verano de 1930 cuando comienzan a saltar a la palestra mil y un rumores, iba a comenzar la segunda edición de la Liga y el Real Madrid quería formar un equipo para conseguir el título. Para ello se hizo con los servicios de Zamora, mejor portero del mundo hasta la fecha, por 100.000 pesetas.

Pronto su ilusión y la del madridismo se ven truncadas, “el Divino” sufre una lesión de omóplato y clavícula que casi acaba con su carrera. La suerte estuvo de su lado, tres meses y una operación más tarde pudo regresar a los terrenos de juego.


Tras esta dura etapa, llegaron sus años más esplendorosos, en 1931 llegaron al club merengue Ciriaco y Quincoces procedentes del Alavés, convirtiéndose en la dupla perfecta de zagueros para acompañarle, tanto es así, que son recordados como la mejor línea defensiva en toda la historia del Madrid. Con ellos consiguió su primera Liga con el Real acabando invictos, tras este título llegaron otro campeonato nacional en la temporada siguiente y dos Copas de España en 1934 y 1936.

Para el recuerdo, su papel ante el Barcelona en la final de Copa en Valencia, el 21 de junio de 1936. En aquel partido, el Real Madrid ganaba 2 a 0 en los primeros quince minutos de encuentro, sin embargo, el equipo catalán consiguió acercarse en el marcador y ahí, jugando el Madrid con diez hombres, es cuando llegó la jugada que hizo más grande el mito de “El Divino”, las crónicas de aquellos tiempos lo relataron así: “El guardameta intuye la trayectoria de la pelota y logra detener el balón sin que los espectadores se expliquen cómo ha podido ser aquello. Formidable ovación para Ricardo Zamora, que luego le valdría ser paseado a hombros por los entusiasmados espectadores aficionados”. Con esta actuación brillante y memorable, Zamora puso el broche final a su carrera deportiva, como tantos otros deportistas de entonces, por el estallido de la Guerra Civil.


Tras la Guerra Civil en la que fue prisionero de guerra, Ricardo se dedicó a entrenar, entre otros a Atlético, Celta y Espanyol, para acabar trabajando en su primer equipo, el Espanyol, casi hasta el final de sus días.

“El Divino” tenía todas las virtudes que podamos pensar que tiene un guardameta, grandes reflejos, nervios de acero, una seguridad bajo palos fuera de lo común e incluso se decía que parecía estar siempre en la posición idónea para cubrir la portería, además de una poderosa personalidad.

Para el recuerdo sus míticas "zamoranas", recurso que consiste en repeler el esférico con el antebrazo (como un codazo) cuando el balón iba a la altura del tórax.

En homenaje a su persona se creó el Trofeo Zamora, premio que se concede al portero menos goleado de la Liga. Como curiosidad, de haberse concedido tal galardón cuando él jugaba, lo hubiese ganado en tres ocasiones.

¡GRACIAS DIVINO POR HACER CRECER EL FÚTBOL Y EL REAL MADRID!


by @lareinaDesparta

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