Cerca de las
ocho de la tarde del lunes día 13 de 2014, Gala del Balón de Oro y el sueño de
antaño de un niño de Madeira se hacía realidad, por segunda vez, Cristiano Ronaldo era condecorado como el
mejor jugador del mundo.
Mi creencia en
el Balón de Oro quedo en un lugar recóndito de mi memoria, desde aquel fatídico
año en el que sin ninguna duda se produjo ‘El Tongo de Oro’, el año en el que
el auténtico 7 de España, el 7 del Madrid, predecesor de Cristiano, don Raúl
González Blanco se quedo a las puertas de la gloria viéndose superado, aún no
se sabe la razón por Michael Owen.
A partir de
ahí, grandes jugadores lo han ganado y merecido también Ronaldo, Ronaldinho,
Kaká y el propio Ronaldo han sido los justos ganadores, inclusive podría llegar
a decir que Messi es merecedor de uno, y digo uno, ni dos, ni por supuesto
tres, ni la locura de cuatro. Y es por esto último, por lo que mi fe en este
premio, y la de muchos, ha ido devaluando año a año, temporada tras temporada
viendo como cambiaban los criterios dependiendo
de lo que hiciese el ganador y si, al final, se gana por ser el mejor la
diferencia entre los balones de oro del argentino (4) y Cristiano, uno hasta
hace unos minutos, era un insulto al fútbol y a mi inteligencia, no porque crea
que el luso es mejor que el otro, que también, sino porque no creo que el
segundo sea ni superior, ni tan superior como para aventajarle año tras año.
Siempre lo he dicho, “me alegraré por Cristiano
si le gana, sé que él será un poco más feliz” y si él es un poco más feliz, el
madridismo también lo será. No lo cambiaría por ningún título con el Madrid, pero
siendo sincera, tampoco pensé que podía llegar a emocionarme tanto, no ha hecho
falta ver la emoción de Cristiano al saberse por fin reconocido después de
tanto, antes, solamente me hizo falta escuchar por fin que mi Comandante, mi ‘Cristi’
por fin volvía a alcanzar su sueño.
No sólo es el reconocimiento al mejor,
que también, sino a la lucha insaciable, al hambre de mejorar, al orgullo, al
trabajo, a la inteligencia, al saber estar, al ser el mejor profesional de la historia.
Mucho tendrá que cambiar la cosa para que
la justicia de este año siga por el mismo camino en los venideros, hoy se ha
abierto un pequeño camino para la esperanza, como siempre ese rayo de luz lo ha
dejado pasar el mejor de todos, Cristiano.

Desde aquí, todo mi apoyo, admiración y
sí, fanatismo, por el hombre que me hace creer en cada partido, para uno de los
hombres que más felicidad me ha proporcionado, me proporciona y me
proporcionará y porque como ya dijo él…
1, 2, 3… ¡Hala Madrid! Y… ¡Hala Cristiano!
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