Se acaba de
marchar y aún le quedan muchos años de fútbol pero en estos siete años en los
que ha vestido la camiseta del Real Madrid se ha ganado a pulso estar entre los
más queridos jugadores blancos, y es que si hay un adjetivo que define a
nuestra ‘Leyenda’ de esta semana es:
luchador y ese no es otro que
Gonzalo Higuaín.
Gonzalo
Gerardo Higuaín nació el 10 de diciembre de 1987 en Brest, Francia. Nació en
tierras francesas porque su padre Jorge ‘Pipa’ Higuaín, también fue futbolista,
y durante la temporada 1987/1988 jugaba en el Stade Brestois 29 francés. La
temporada siguiente, el ‘Pipa’ volvió a jugar a Argentina, en River, y así
Gonzalo creció en su Argentina querida.
El fútbol le
viene de familia, su padre y también su hermano Federico han dedicado su vida
al balompié. Gonzalo dio sus primeros pasos en este mundo en el Palermo, pero
pronto, a la tierna edad de diez años, llegó a River Plate donde desarrolló
toda su carrera hasta que puso rumbo a Europa. Pasó por todas las categorías
inferiores del club, hasta que el 5 de mayo de 2005, de la mano de Leonardo
Astrada, debuta en la primera división argentina en el Torneo Clausura. Poco
tiempo permaneció en el primer equipo de River, y todo gracias a sus exquisitas
cualidades, en especial, a su olfato goleador. Sus goles en la Copa
Libertadores y en el superclásico argentino ante Boca de 2006 le abrieron las
puertas de Europa y de los grandes clubes del viejo continente. A la puerta del
‘Pipita’ llamaban el Manchester United, el Milan y el Real Madrid.
Y de esta
manera llegó en diciembre de 2006 al mejor club de la historia, al Real Madrid.
En sus primeras declaraciones como vikingo pronunció una palabra que le ha
caracterizado a lo largo de su carrera: ‘orgullo’.
El Pipita dijo en su presentación: “Es
genial tener la oportunidad de jugar en un club tan importante como el Real
Madrid. Me siento orgulloso de que se hayan fijado en mí”. Y es que ese
orgullo que sentía porque se hubiesen fijado en él, fue el mismo orgullo con el
que peleó cada temporada por un puesto en el once titular. Compitió contra los
mejores, Raúl, Van Nistelrooy, Benzema o Cristiano Ronaldo y, a pesar de ello,
logró ganarse a sus distintos entrenadores, a sus compañeros y a la afición.
Su primer gol
con el Real Madrid no podría haber sido de otra forma, en un derby ante el
Atlético de Madrid, en el que su tanto sirvió para empatar el partido a uno. En
esta primera temporada no lo tuvo fácil, por delante tenía grandes rivales,
pero consiguió hacerse un hueco y asistir y marcar goles que ayudaron a lograr
una de las ligas más reñidas de los últimos años. Pese a la poca continuidad de
la que disfrutó en sus dos primeros años en el equipo blanco, logró ser uno de
los futbolistas preferidos de la afición merengue. Ya en la 2008/2009, logró
esa continuidad tan deseada, en ésta también logró encumbrarse como el máximo
goleador del equipo, gracias, en parte, a los cuatro goles que endosó al
Málaga, en una de las noches más mágicas del ‘20’.
El ‘Pipita’ en
los siete años que permaneció en la disciplina madridista logró 3 Ligas
Españolas, una Copa del Rey y dos Supercopas de España. Pero, además, de los
títulos se llevó algo que nadie podrá borrar y es el inmenso cariño que se ganó
a pulso en estos años. Su lucha insaciable, su espíritu combativo, sus goles,
su madridismo sin complejos. En su figura se encarnaban los verdaderos valores
madridistas, los que otros (salvando las distancias) como Juanito o Raúl
definieron a la perfección. El chico que siempre marcaba en Liga en los
momentos decisivos, que podía fallar lo fácil, pero que siempre marcaba lo
imposible, como el mismo se definió: “Soy
un jugador positivo que siempre mira hacia delante”. Y así le recordaremos,
como el argentino que siempre miraba adelante, que luchaba hasta el último
minuto, que sudaba la camiseta como todos los aficionados piden, que portaba el
escudo del Real Madrid con su palabra, con ‘orgullo’.
Esta temporada
nos dijo adiós para embarcarse en una nueva aventura en Italia, en el Napolés,
del que ahora somos un poco todos. Se marchó después de que durante la campaña
pasada el Bernabéu al unísono con Arbeloa como maestro de ceremonias le cantase
el famoso: “Pipita quedaté” y él
aguantó un año más, pero el futbolista vive de minutos, de goles y el tuvo que
marcharse de la que siempre será su casa para lograrlo.
Nadie lució
jamás el ‘20’
mejor que tú.
¡GRACIAS PIPITA POR TU
ESPÍRITU LUCHADOR, POR TU ORGULLO, ESE ORGULLO MADRIDISTA Y HALA MADRID!
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