Siempre le han
llamado el Rey de la Tierra Batida, el Rey de Paris, de Montecarlo…
torneos fetiches y siempre en la misma superficie. Si bien es cierto que hasta
ayer ya había ganado en Australia, Wimbledon y Nueva York, su dominio sobre
arcilla no conoce fin.
Desde que
volviese de su lesión ha demostrado que no solo es el rey de la tierra, es el
rey de 2013, con sus sesenta victorias y tres derrotas; trece finales de
catorce torneos disputados; diez títulos; cinco Masters 1000 y dos Grand Slams.
El de toda la gira norteamericana en la que ha ganado todo, las US Open series,
hecho que antes que él sólo consiguieron Patrick Rafter y Andy Roddick. Su tenis
ha mejorado, si eso era posible, exactamente no es que haya mejorado sino que
sus puntos débiles les ha mejorado. Grandes voleas y subidas a la red, buen
servicio, además de continuar con la marca de la casa esas derechas y profundas
que siempre parecen dar en la línea como por arte de magia.
En la final
del último Grand Slam ayer, tenía delante al, todavía, Número 1 del Mundo,
Novak Djokovic, quien se había asegurado el puesto tras acceder a la final del
US Open. Una verdadera oda al tenis se vio en la Arthur Ashe, enormes
intercambios, uno de hasta 54 golpes, impresionante. Tres horas y 21 minutos le
hicieron falta a Rafa para vencer a Nole en cuatro sets, 6-2, 3-6, 6-4 y 6-1. Con
este triunfo, Nadal se embolsa el mayor premio de tenis de la historia: 3,6
millones de dólares.
El partido
comenzaba como acabó, con un único dueño, Rafa Nadal. Nole no conseguía romper
el ritmo del español en la primera manga, se sucedieron los breaks a favor de Nadal y los errores no forzados del
serbio. El set cayó del lado de Rafa. Siempre se habla de la fuerza mental de
Nadal, pero Djokovic ayer también demostró que va sobrado de esto. Comenzó el
segundo set como si acabase de empezar el encuentro, ahora el ritmo lo ponía
Nole, una exhibición del mejor tenis de Novak. Aquí fue donde se produjo el intercambio
de 54 golpes, que fue para el dueño y señor de la segunda manga, Djokovic. El tercer
set comenzaba como acabó el segundo, Nole hacía un break a Rafa, le consolidaba
con su servicio y parecía que la tónica del encuentro no iba a cambiar. Viejos
fantasmas se recordaban con aquellas rachas de puntos y juegos ganados por el
serbio a Rafa cómodamente. Pero Nadal no había acabado su gran actuación, le
devolvió el break y levantó un 0-40, para acabar llevándose la cuarta manga y
ponerse dos sets arriba. Este casi fue el punto final para Nole, desquiciado no
pudo hacer nada para presentar batalla en el que sería el cuarto y último set. El
partido tocaba a su fin, Rafa caía al suelo emocionadísimo tras ganar su décimo
tercer Grand Slam.
13º Grand Slam
para el de Manacor, por delante sólo Sampras (14) y el todopoderoso Roger
Federer (17), con 27 años y mucho tenis por delante.
Novak se ha
convertido en su víctima favorita, en hasta 22 ocasiones le ha derrotado, por
las 21 ocasiones en las que ha doblegado a Federer.
Un tenista
todoterreno, poderoso en cualquier superficie, tal vez estemos no sólo ante el
mejor tenista, sino ante el mejor deportista de todos los tiempos, esto
únicamente el tiempo lo dirá. Lo que si podemos decir es que el ‘Rey de Reyes’
ha vuelto para quedarse.
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