Nadal-Federer, el duelo perfecto

Un Nadal-Federer nunca es un partido más. A pesar de que Rafa llega a la gira norteamericana tras salir de una lesión y el suizo hace meses que parece no ser el mismo, durante esta madrugada nos han ofrecido una auténtica batalla. Dos de los mejores tenistas de la historia, sino los mejores, nos volvieron a regalar un épico partido.

Comenzaba el trigésimo primer duelo entre ambos, con una diferencia importante de 21-10 a favor del español.

La primera manga comenzó cayendo del lado de Roger. Sus servicios les ganaba fácil, Nadal no disfrutó ni de una sola bola de break. Rafa no estaba cómodo restando y le costaba ganar su saque, sin embargo, aguantó y llevó el set inicial hasta el cinco iguales. Sacando el manacorí, Federer se vino arriba y consiguió el break, solventando el set con su servicio por 7-5. El suizo parecía ganar a Rafa en su terreno, el poderío físico.

Comenzando el segundo set, Rafa empezó a ganar confianza y tuvo, con 2-1 a su favor, la oportunidad de romper el servicio del suizo, pero Roger aguantó y puso en peligro el servicio de Nadal con el 3-3 en el marcador. Ahí fue el español el que soportó el envite. El set se fue hasta el 5-4 para Rafa, su primer ¡vamos! sonó en toda la pista, ahí fue donde el de Manacor rompió por primera vez el servicio de Federer para apuntarse la segunda manga y llevar el encuentro al set definitivo.

El suizo acusó tanto desgaste físico y ya no fue el mismo en la tercera manga. Nadal comenzó ganando su servicio y rompiendo el de Roger, poniendo un 2-0 en el marcador. Rafa estaba como un toro y desplegó su mejor tenis. Aún con el 5-3, Federer le puso toda la casta, la rabia y la resistencia que le fue posible, pero el final ya estaba escrito y, una vez más, Nadal le acababa superando.

5-7, 6-4 y 6-3 fue el resultado final del partido entre estos dos colosos del tenis. Un bonito partido, con un desenlace feliz para el español, que tras las derrotas de Murray y Federer se acerca al número dos del ranking.

Su próximo rival, el checo Berdych.

¡VAMOS RAFA!