Mal, pero bien. Mal porque el lunes por la tarde se concretó la
pesadilla que agitaba los sueños de Galliani y Allegri sobre los tres
días azzurros de Balotelli: bien porque al final el gran miedo está
pasando. Mario en Eindhoven estará en el campo. Tras los primeros
momentos de optimismo en la jornada del martes, ayer llegaron nuevas e
importantes señales: el problema de la rodilla se está reduciendo, hay
menor inflamación y para el próximo martes estará en grado de soportar
los casi 90 kilos de Mario.
Tras abandonar la comitiva azzurra, el martes por la noche Balo
alcanzó la milanista. Se quedó a dormir en Milanello, como el resto de
compañeros (Allegri ha ordenado una mini concentración de tres días), y
ayer por la mañana empezó las curas. En realidad no hay nada particular:
se tratará más que nada de fisioterapia específica, unido a una
constante monitorización de las condiciones de la rodilla. No se prevee
que tenga que realizar pruebas instrumentales.
Mario volverá a trabajar con toda la cautela del caso, probablemente a
partir de mañana, con un programa personalizado que lo acompañará sin
forzar al primer partido ante el PSV. Es evidente que su condición
atlética general no esté al top (tuvo problemas en la Confederqaciones,
volvió a Milanello con fiebre, más otros problemas en el torneo
americano), pero a Allegri le interesa tenerle en el campo prescidiendo
de los minutos que tenga en las piernas. Mario es el hombre de punta,
capaz de poner el partido cuesta abajo, por tanto estará en el centro
del tridente rossonero.
Aparte de perderse el amistoso en el Olímpico ante Argentina, el
viaje romano para él fue de todas formas muy importante. El encuentro
con el Papa representó un momento de altísimo nivel emocional. Tanto es
así que llevó a Mario a romper la etiqueta de la ceremonia oficial,
marcando estrechamente al Pontífice y obteniendo el tan deseado coloquio
privado del que Balo se guarda con extremo recelo.
Tanto es así que mandó un claro mensaje: “Periodistas, no intenten y no permitan escribir intentando adivinar lo que hablé con el Papa”,
escribió en Twitter. Mario puede estar tranquilo, si sucediera es
porque todos estaríamos seguros, y porque se haya intentado adivinar.
Pero no sucederá: las palabras entre Bergoglio y él forman parte de su
privacidad más absoluta, y lo acompañará por el resto de su vida. Una
actitud que Mario concentró en otro tweet: “Gracias Papa Francisco. Gracias de corazón por esos cinco minutos”.
Cinco minutos que quizás de alguna manera le cambien la vida. Como
podrían bastar cinco minutos para poner de cara la fase previa. Lo sabe
bien Mark Van Bommel, que ayer dijo en Milan Channel: “El Milan es
el Milan, es siempre un gran equipo. Tienen a Balotelli, Boateng y
jugadores con los que he tenido la suerte de poder jugar. El PSV no está
contento de haber encontrado al Milan, pero será un partido complicado
para ambos. El PSV corre mucho, los rossoneri deberán estar muy atentos.
Y Maher puede hacer goles en un minuto, tiene mucho talento”.
@Jaime_Kaka8
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