No ha empezado el proyecto
multimillonario del Mónaco con muy buen pie. Después de jugarse 3 amistosos
ante equipos, sobre el papel, muy inferiores al conjunto del Principado, el
juego del equipo ha dejado más sombras que luces y más dudas que certezas. Parece
que el talonario no ha sido, de momento, suficiente para que el Mónaco juegue
como los aficionados esperan de él y las primeras y nerviosas miradas se van
girando hacia un punto en concreto. El banquillo que ocupa el veterano
entrenador Claudio Ranieri.
Que Claudio Ranieri es un
entrenador bajo sospecha en Mónaco no es nada nuevo. Tras consumarse el ascenso
a finales de la temporada pasada comenzaron los rumores acerca del inquilino
del banquillo “rouge et blanc”. El magnate Rybolovlev había anunciado a los
cuatro vientos su intención de convertir al equipo en uno de los más poderosos
de Europa a golpe de fichaje “galáctico”, y muchos comenzaron a dudar de la
capacidad del italiano para dirigir el nuevo estilo del Mónaco. Como ya hemos
visto antes en esto del fútbol, no todos los entrenadores sirven para adaptarse
a lo que un tercero, que suele ser el presidente multimillonario de turno,
ficha como quien compra cromos.
Tampoco es que Ranieri sea un
entrenador menor. Aunque esté a años luz de los Mourinho, Guardiola, Klopp,
Scolari o Lippi, no es ni mucho menos un cualquiera. Si nos molestamos en
repasar el curriculum del romano veremos que no son clubs de tres al cuarto los
que ha entrenado: Valencia, Atlético, Chelsea, Juve, Roma, Inter… Y con títulos
(Copa y Supercopa con la Fiorentina, Copa del Rey, Supercopa Europea e
Intertoto con el Valencia). De acuerdo, no es el palmarés más florido del
mundo, pero hay muchos entrenadores con más fama que han ganado mucho menos.
El principal problema que va a
tener Ranieri en esta andadura con el Mónaco es que existe la opinión
generalizada en Francia de que un proyecto tan ambicioso y multimillonario como
este debería ser capitaneado por un “mister” a la altura de los jugadores que
se fichan y los millones que se gastan, y la percepción es que Ranieri no es el
adecuado. Se espera un juego fulgurante, combinativo, de ataque, cuando el
librillo de Ranieri siempre se ha caracterizado por defensa férrea, centro de
campo amurallado y transiciones rápidas a la contra. Lo contrario a lo que se
busca, vamos.
Si antes de la pretemporada ya
sonaron varios entrenadores para el puesto que Claudio ocupa (no, Michel no
sonó, no seáis malpensados) como Quique Sánchez Flores, Scolari o el mismísimo
Mourinho (los periodistas patrios lo han colocado en todos lados), tras dos
derrotas consecutivas frente a Fortuna Dusseldorf (3-2) y Augsburgo (1-0) los
rumores se han vuelto a disparar. Ahora parece que podría haber dos nuevos
interesados en el banquillo monegasco, Mancini, que se encuentra sin equipo, y
Hiddink, que hace unos días presentó su dimisión del cargo de entrenador del
Anzhi ruso. Mientras, Ranieri, perro viejo, guarda silencio y dice que la
plantilla aún no está cerrada, consciente de que nada centra más la atención
que otro fichaje multimillonario más.
Los próximos amistosos son frente
a Leicester, Pescara y la guinda en el Louis II frente al Tottenham. Como
siempre, los resultados serán los que a buen seguro dictarán sentencia, y
Ranieri lo sabe.
Por @Dani_LQDM
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