En esta nueva entrega de nuestras
Leyendas, un desconocido para muchos, pero un auténtico jugadorazo, un interior
de la vieja escuela, un futbolista que permaneció en el Real Madrid durante ¡11
temporadas!, el inglés de Durango, Don Sabino Barinaga.
Sabino Barinaga Alberdi nacía el 15 de
agosto de de 1922 en Durango. A diferencia de la mayoría de los jugadores de la
época, Barinaga comenzó en el mundo del fútbol en la cuna del mismo, en
Inglaterra. Coincidiendo con la Guerra Civil Española su época de estudiante,
sus padres decidieron mandarle junto con sus hermanos a Inglaterra. Allí ficha
por el filial del Southampton FC, con el que llegó a jugar 13 partidos marcando
en ellos la friolera de 62 goles.
Una vez finalizada la Guerra Civil, el de
Durango vuelve a su tierra, donde recibe una oferta del Athletic de Bilbao,
pero es en ese momento cuando se cruza en su camino el Real Madrid, por el que
acaba fichando una vez comenzada la temporada 1939/1940.
En el equipo merengue permanece durante
las dos siguientes temporadas tras las cuales es cedido al Real Valladolid. Sus
excelentes actuaciones en el club pucelano hacen que regrese al Real Madrid,
donde permanecerá por siete campañas más. En sus años en el club blanco, Barinaga
disputó 182 partidos oficiales, marcando 91 goles y ganó dos Copas del
Generalísimo y una Copa Eva Duarte.
Su polivalencia era su principal
cualidad, aunque como interior derecho era donde desplegaba sus mejores
aptitudes. También destacaba por su llegada a gol y su instinto matador, no
obstante, casi llega a los cien goles en aquella época. Además de poseer un
espíritu de sacrificio digno del escudo que defendía. Si por algo recordaremos
al Inglés de Durango será por ser el
autor del primer gol que se anotó en el Estadio Santiago Bernabéu en el partido
inaugural, el 14 de diciembre de 1947, entre el Real Madrid y el portugués Os
Beleneses, que se acabó llevando el equipo madridista por 3-1.
En 1950, se despide del Real Madrid, con
la carta de libertad en la mano y ficha por la Real Sociedad, donde permanece
hasta 1953. En ese año pide la baja voluntaria y ficha a finales de año por el
Betis. En el equipo andaluz finaliza su etapa como jugador y comienza la de
entrenador a sus 32 años. Como míster pasó por numerosos equipos como Osasuna,
Málaga, Atleti, Valencia, Sevilla, Oviedo, Mallorca y Cádiz. Fuera de nuestras
fronteras, dirigió al América de México y a las selecciones de Marruecos y
Nigeria.
El 19 de marzo de 1988 fallece en Madrid.
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