En esta nueva entrega de las “Leyendas del Madridismo”, tenemos como
protagonista al mayor goleador del siglo XX, volvemos a la época dorada del
Real Madrid y regresamos hasta allí de la mano del inolvidable Ferenc Puskas.

En 1956 la situación en Hungría era
convulsa, los jugadores del Honved de Budapest vinieron a España para jugar
contra el Athletic en Copa de Europa, pero antes del partido de vuelta estalló
en Hungría la revolución, los jugadores se niegan a volver a su país, y juegan
la vuelta perdiendo la eliminatoria. Tras esto iniciaron una gira de partidos
por Europa.Después de esto, algunos jugadores decidieron volver a su país
natal, y otros, en cambio, no regresaron, entre estos últimos se encontraba Puskas.
Fue acusado de “traidor a la patria”,
no pudiendo volver a Hungría hasta 1981.
Después de esta acusación no pudo jugar
en Europa los dos años siguientes, en 1958 con su inhabilitación ya olvidada,
intenta fichar por algún club italiano pero su edad y su peso no convencían a
nadie. El Manchester United, devastado por el accidente aéreo de su equipo, si se interesó por su contratación pero el
reglamento vigente en aquella época en Inglaterra, unido al desconocimiento del
inglés del húngaro, hicieron que la balanza se inclinase por el no fichaje.
No fue hasta el 11 de agosto de 1958
cuando Puskas encuentra equipo, pese a sus 31 años y sus kilos de más, ficha
por el Real Madrid para completar una delantera de ensueño junto a Rial, Kopa,
Gento y Di Stéfano.
Se le comenzó a apodar “Cañoncito Pum” y “Pancho” Puskas, y es que su personalidad cuajó a la perfección en
la afición madridista. Y junto a los antes mencionados, la Saeta y compañía,
consiguió cinco Ligas, una Copa del Generalísimo, tres Copas de Europa y una Copa
Intercontinental, además de lograr en su palmarés individual cuatro pichichis y
324 goles. Por todo esto no es de extrañar que ocupe la sexta plaza en el
ranking del “Mejor futbolista del siglo”.
Se retiró a los 38 años, a finales de
junio de 1967.
Pudo volver definitivamente a Hungría con
la caída del comunismo en 1992, incorporándose a las tareas técnicas de su
selección. En el año 2000 se le diagnostica el mal de Alzheimer. Finalmente,
fallece el 17 de noviembre de 2006 por neumonía. Poco antes de su muerte, el
Estadio Nacional de Hungría cambió el nombre en honor del inolvidable jugador,
y pasó a llamarse Estadio Ferenc Puskas.
Para el recuerdo, su zurda, fuerza y
precisión a partes iguales, pases a los extremos milimetrados, una arrancada
velocísima, disparos potentes que le hacían disponer de una capacidad goleadora
única que le llevó hasta los altares de la historia del fútbol. Pero también dejo huella como persona,
cordial, simpático, agradable, todo un gentleman aún recordado en el club que
todos queremos y que le hizo una auténtica Leyenda,
el Real Madrid.
by @lareinaDesparta
Genial entrada! Como todas y cada una de las leyendas. Ángela TOP!!
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